TEMA Nº 2
FORMACION DE LA CONCIENCIA MORAL
1.- OBJETIVOS
- Llegar a conocer cuáles son los principios morales que deben orientar la vida y la convivencia en nuestra sociedad.
- Descubrir el horizonte que deben dar sentido a nuestra vida.
- Formar nuestra propia conciencia para asumir los valores fundamentales que deben orientar nuestra vida.
Leer este salmo que invita a revisar las actitudes.
• Júzgame, Señor, y verás que sigo la senda de los perfectos. Confío en el Señor y, por eso, no vacilaré.
• Revísame, Señor, y ponme a prueba, explora mi interior y mi conciencia.
• De tu amor hacía mi nunca me olvido y guía tu verdad todos mis pasos.
• Jamás me siento con hombres tramposos ni me junto con la gente hipócrita.
• Aborrezco el partido de los malos, no me quiero sentar con los impíos.
• Llevo mis manos limpias de pecado y voy caminando en torno de tu altar, haciendo resonar la acción de gracias y anunciando tus obras admirables.
• Señor, amo la casa en que tú moras y el sitio donde reposa tu gloria.
• No me trates como los pecadores ni me castigues como los violentos.
Salmo 26 (25)
3.- DIOS NOS HABLA
“Cuando al principio creó al hombre, lo dejó en manos de su propia conciencia: si tú quieres, puedes observar los mandamientos; está en tus manos el ser fiel. Ante ti puso el fuego y el agua: extiende la mano a lo que prefieras”. (Siracides 15.14-16)
REAFIRMEMOS NUESTRA FE EN LA CONCIENCIA
La búsqueda de la conciencia se asemeja a la búsqueda del tesoro que hacen el marinero y el capitán; no se encuentra en la superficie, sino en lo más profundo de cada ser humano.
4.- LA CONCIENCIA
Es la capacidad que tienen las personas para darse cuenta de lo que sucede en sus vidas y a su alrededor. Solamente la conciencia recta y formada es norma o indicador para juzgar si el propio comportamiento es bueno o es malo. Por eso, toda persona debe preocuparse por conseguirla. Sin embargo, no basta con actuar según la propia conciencia, es necesario educarla y formarla porque no cualquier tipo de conciencia orienta y lleva a las personas a actuar correctamente.
Para educar a conciencia, es preciso conocer los principios morales y buscar el consejo de personas rectas y con experiencia. Nadie aprende solo, todos necesitamos de los demás, de las personas que nos estiman y nos ven con más objetividad.
5.- LA CONCIENCIA MORAL ¿QUÉ ES...?
Somos seres libres: podemos hacer el bien y podemos hacer el mal. Cuando nuestra conciencia está bien formada, ella nos orienta hacia el bien personal y el bien de los demás y aleja nuestras opciones de aquello que lo juzgamos como malo o inmoral.
Desde la infancia, tanto nuestros padres, como otros familiares, maestros y nuestra propia cultura, nos han ido formando acerca de lo que es bueno y de lo que es malo, de lo que es moral y positivo y de lo que es inmoral o negativo. Son como normas generales de comportamiento con relación a los grandes ideales y valores de nuestra vida.
Mi vida se ha de enfrentar, permanentemente, frente a lo bueno y frente a lo malo y se desenvuelve en la esfera de la moral y de los valores.
La conciencia recta y bien formada es como la luz que me puede guiar para optar siempre por lo mejor con pleno consentimiento.
En la medida en que mi conciencia moral esté bien formada, mis opciones no se guiarán por motivaciones poco éticas. Por ejemplo: Portarme bien para que me vean, o para ganar la voluntad de mis padres o educadores, o para evitar un castigo, o para superar a los demás...
La conciencia bien formada es siempre autónoma, es decir, sus principales decisiones nacen del convencimiento interior y no las imposiciones que nos vienen desde afuera o de meros intereses egoístas.
CONCIENCIA MORAL
Cuando se habla de conciencia moral, se añade al conocimiento un aspecto nuevo: la capacidad de valorar la manera de actuar y juzgar; si lo que se hace es bueno o malo, justo o injusto...
A diferencia de la ley moral - que proporciona indicaciones externas para obrar de manera recta -, la conciencia moral es una norma o indicador que se experimenta en nuestro interior; es una especie de voz interna que indica cómo se debe obrar ante una situación concreta; puede alabar o reprochar, según la acción realizada.
El Concilio Vaticano II en el decreto sobre la libertad religiosa, recuerda a los cristianos que la conciencia recta y formada es la norma última de conducta y no se puede obligar a nadie a actuar en contra de ella.
6.- VER, JUZGAR Y ACTUAR: EL CAMINO HACIA UNA CONCIENCIA CRÍTICA.
Toda persona necesita la formación crítica acerca de los modelos culturales presentes en la saciedad. Debe tomar posición frente a ellos, sobre la base de la propia conciencia. Para ello, es necesario conocer la realidad, leerla críticamente, abrir los ojos, mirar con profundidad e ir más allá de las apariencias.
Cuando se tiene una mirada atenta se detectan muchas cosas, pero es importante el lugar desde donde uno las ve. Por ejemplo, es muy distinto hablar del hambre con el estómago vació a hacerlo desde una cómoda oficina analizando unos datos estadísticos.
Ver la realidad no significa sólo dejarse impactar por los hechos extraordinarios, aquellos que crean noticia; es importante ver la realidad de siempre, porque es tan cotidiana que rara vez se repara en ella. Del cómo se ven las cosas va a depender nuestro modo de pensar y actuar. Sin embargo, de nada serviría observar las cosas si no se es capaz de interpretarlas críticamente.
Ante la gama de posibilidades, a menudo ambiguas, para los cristianos se hace necesario analizarlas a la luz del Evangelio, juzgarlas con los criterios que se desprenden de las enseñanzas y del modo de actuar de Jesús.
7.- CONCIENCIA CRISTIANA
Para formular juicios acerca de la realidad del propio tiempo y sobre los valores que emergen en la historia, es necesario aprender a leerlos a la luz del Evangelio. La Palabra de Dios tiene dentro de si criterios que permiten dar un juicio de valor sobre las actuaciones de los hombres.
Sin embargo, el Evangelio no es un recetario: debe ser inspiración y orientación para los cristianos. De lo que se trata es
de llevar a la práctica lo visto y juzgado, de ejecutar lo que se ha analizado, de comprobar en la realidad que se habían visto bien las cosas, se habían entendido y se podían orientar según sus propios valores y criterios.
“Muchos quieren decidir por nosotros; nuestros padres, los medios de comunicación social, los políticos, la masa... pero, en realidad, el último responsable de mi vida soy yo; nadie va a vivir y a morir por mi. Soy yo, y nadie más que yo, el último responsable de mis actos, aunque los demás puedan influir de algún modo en mí. Por eso tenemos que obrar siempre en conciencia. La conciencia es la última instancia de nuestro comportamiento”.
(F, Hortelano. Moral de bolsillo)
8.- LA CONCIENCIA MAL FORMADA
No es fácil el formar nuestra conciencia según una verdadera escala de valores. Muchas veces una formación deficiente, y, sobre todo, las malas amistades, los medios de comunicación mal orientados y el propio ambiente hacen que nos desviemos, con frecuencia, del camino recto que nos habíamos trazado.
En nuestro ambiente domina el egoísmo, la maldad, la agresividad, las peleas, la envidia, la vanidad, la codicia…
En el marco del sistema educativo percibimos con frecuencia las injusticias, los "chanchullos", los copiados, los resentimientos, la falta de solidaridad, los robos, las conversaciones obscenas, los insultos, las malas palabras.....
Presentamos, a continuación, un cuadro que resume los principales valores y antivalores de nuestra sociedad.
9.- TEORIAS QUE DESCRIBEN LA CONCIENCIA MORAL
Muchas veces decimos: "Hay que obrar en conciencia". Cuando queremos destacar la responsabilidad de una persona, solemos decir: "obra en conciencia", o "tiene la conciencia bien formada".
La CONCIENCIA es la instancia normativa más importante y decisiva de nuestros comportamientos. La conciencia es, a la postre, la responsable de la conducta moral de las personas. De ahí la importancia fundamental que tiene para los individuos y la sociedad, en general, la debida formación de la conciencia.
En San Pablo aparece 50 veces la palabra CONCIENCIA. "Hay que obrar siempre en conciencia", dice San Pablo.
El concilio Vaticano 11 nos dice: "En lo más profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia de una ley que él no se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer, y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, advirtiéndole que debe amar y practicar el bien y que debe evitar el mal: Haz esto, evita aquello" (G.S. 16).
La conciencia moral es la misma persona en cuanto se percibe en referencia a la praxis consigo misma y con los demás.
La conciencia moral alcanza su completa comprensión y realización cuando es entendida y vivida en clave religiosa.
Dice el Concilio Vat. II: "La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre en el que éste se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquella. Es la conciencia la que de modo admirable da a conocer esa ley, cuyo cumplimiento consiste en el amor de Dios y del prójimo". (G.S. 16)
La conciencia es la "sede de la moralidad". A ella apela la moral. "Obrar conforme a la conciencia" es el sello moral definitivo que imprime la persona a su propia praxis. A la conciencia podemos apelar como instancia moral última porque posee, para la persona, la fuerza vinculante definitiva.
10.- APLICACIONES PRÁCTICAS
Es importante que guíes tus pasos por una conciencia autónoma y bien formada.
Desarrolla en ti la capacidad de decir NO a todas aquellas lecturas, espectáculos, amistades que te pueden desviar del camino recto.
ACTÚA DE ESTA MANERA:
"Hoy seré el dueño de mis emociones:
- Si me siento deprimido, cantaré
- Si siento miedo, me lanzaré adelante.
- Si me siento inseguro, levantaré la voz.
- Si siento pobreza, pensaré en la riqueza futura.
- Si me siento insignificante, recordaré mis metas.
- Nunca oraré pidiendo las cosas materiales de este mundo.
- No pediré jamás que se me otorgue oro o amor o buena salud o victorias mezquinas o fama o el éxito o la felicidad.
- Sólo oraré para que Dios me dé luces y oriente a fin de que me señale el camino y mi oración será contestada siempre".
INSTANCIAS FORMADORAS DE LA CONCIENCIA
La función socializadora y la formación de la conciencia de las personas tradicionalmente estuvo asumida por el hogar, la escuela y la Iglesia. Por lo general, los valores que los padres de familia inculcaban a sus hijos en el hogar, eran ratificados y reforzados en la escuela y en la catequesis.
Si bien la literatura, la universidad y las amistades (pandillas y círculos de discusión filosófica o política), siempre han ejercido una influencia real sobre las ideas y comportamientos, sin embargo, ese influjo nunca fue de carácter mayoritario.
El fenómeno de la influencia de factores ajenos, y no pocas veces totalmente contrapuestos a los valores proyectados por el hogar, la escuela y la Iglesia, es característico de nuestro tiempo. Actualmente, la presencia impactante de los M.C.S., especialmente la T.V. está generando una "cultura de masas" que se expresa básicamente en valores individualistas, hedonistas y consumistas.
La conciencia, sobre todo de la niñez y la juventud, está marcada y orientada por los "modelos" y por las "normas" de conducta, tan poco ejemplificadoras, de los medios masivos de comunicación.
Pensamiento: “cuando te sientas deprimido canta una alegre canción”
TRABAJO PRÁCTICO
- Cuestionario.
- ¿Qué sucede cuando no se actúa de acuerdo a la conciencia?
- ¿Explica lo que es tener conciencia critica?
- ¿En que circunstancia una persona puede perder la conciencia para un acto no deseado?
- Menciona cuatro valores importantes que tienen que ver con la conciencia y que ya no se practica en la sociedad actual. ¿Por qué?
- Vocabulario.
- Conciencia.
- Critico.
- Discernimiento.
- Juzgar.
- Moralidad.
- Hipócrita.
- Escrupuloso.
- Laxa.
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